Otra de mis pasiones es leer, y hace años en una librería encontré el libro El Arte de la Cocina Francesa de Julia Child. Me enamoré del libro y la forma cómo explicaba cada receta.
Hasta que un día, hace más de un mes, una muy querida amiga, Mercedes, me prestó este libro, y me empujó a comenzar el reto de preparar cada receta, como en la película Julie&Julia. 
Como Amy Adams, comencé a cocinar por el placer de reunir a mis amigos y darles un poco de lo que puedo hacer.
La primera receta en la que me aventuré es la Sopa de Berros (Potage au cresson). Fue una tarde de jueves, el 5 de septiembre, que tuve el impulso de comenzar a cocinar.
Lo primero que hice fue salir apurado al supermercado a comprar casi todo.
500 gramos de papas peladas en dados (1 libra y un poquito más).
500 gramos de puerros en rodajas finas, incluida la parte verde, o la misma cantidad de cebolla amarilla.
2 litros de agua (8 tazas medidoras)
1 cucharada sopera de sal
Digamos que hasta esta parte es una sopa básica de papa con puerro o cebolla. A mí me gusta más el sabor del puerro, tiene más profundidad. Traten de medir el agua porque es así, dos litros, ni más ni menos. Y la sal no tengan miedo, que es la medida justa.
Todo esto se pone en una olla a fuego lento, medio tapada, por unos 40-50 minutos.
Para la sopa de berros, se necesitará:
110 gramos (casi las 4 onzas) de hojas y tallos de berros
Yo soy un gran miedoso de las enfermedades, así que les aconsejo lavar bien el berro, dejarlo en agua para que suelte la tierra que puedan traer los tallos y pasarlo por el chorro.
Los berros los agregamos a la mezcla de papa y puerro y dejamos hervir unos 5 minutos.
Pasado este tiempo, pueden licuar la sopa, pero no mucho, solo unas tres pulsaciones para que se integre bien todo.
Volver a la olla y calentar la sopa ya licuada. Retirarla del fuego, y le añaden
6 cucharadas de crema para batir o
3 cucharadas de mantequilla.
Jamás me imaginé que el berro sirviera para hacer una sopa tan rica. Siempre lo relacioné a los panes con pollo o ensaladas.
Aquí nos reunimos con mis amigos, trajeron pan de masa madre (este es el mejor para prepararlo tostado y con un poco de aceite de oliva) para acompañar la sopa, y los vi comer felices.
Al hacer esta sopa me sentí como si hubiera estado viendo a mi abuela cocinar. Y es que se trata de una forma de cocinar de nuestras abuelas. Y ahora la entiendo, cuando ella preparaba con cariño sus platos, y se sentía feliz de vernos comer, todos en la mesa.
 
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